sábado, 19 de mayo de 2012

1 CARTA DE PEDRO. ESCLAVOS CRISTIANOS. 2,18-25.


                18Criados, sed sumisos a los amos con todo respeto, no sólo a los buenos y comprensivos, sino también a los esquinados. 19Porque dice mucho en favor de uno si, por la experiencia que tenemos de Dios, soporta que lo maltraten injustamente. 20Vamos a ver, ¿qué hazaña supone aguantar que os peguen si os portáis mal? En cambio, si hacéis el bien y además aguantáis el sufrimiento eso dice mucho ante Dios.
               21De hecho, a eso os llamaron, porque también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos un modelo para que sigáis sus huellas. 22«El no cometió pecado ni encontraron mentira en sus labios» (Is 53,9); 23cuando lo insultaban no devolvía el insulto, mientras padecía no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga rectamente. 24El en su persona subió nuestros pecados a la cruz, para que nosotros muramos a los pecados y vivamos para la honradez: «sus llagas os curaron». 25 Andabais descarriados como ovejas (Is 53,4-6), pero ahora habéis vuelto a vuestro pastor y guardián.

EXPLICACIÓN.

18-25.             Los cristianos pertenecían a diferentes clases sociales, entre ellos había también esclavos y siervos; esto podía constituir una fuente de tensiones y dificultades. El autor pide a los esclavos que sean respetuosos y honrados (cf. Ef 6,5-8; Col 3,22-25). Si el dueño es malo, el esclavo debe aceptar su situación; el principio pertenece a la moral ordinaria del tiempo. Experiencia de Dios (19): la palabra griega denota en este caso la conciencia psicológica, es decir, la conciencia que se tiene de una experiencia interna (18-20).

                      Ejemplo de Cristo, ilustrado con alusiones al Servidor de Dios (22: ls 53,9.24s; 53,12; Dt 21,23; Is 53,4-6), que debe estimular al cambio de vida. Pastor: amor, cuidado, alimento, instrucción, guía; guardián, casi equivalente, cf. Ez 24,11 (21-25). 

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